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domingo, 23 de febrero de 2020

Caducada la licencia del Canódromo

23/02/2020 

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 6 de la capital declara la caducidad del permiso de obra concedido a Realia en 2006 y prorrogado en 2008 para construir dos torres de catorce plantas de altura. La segunda ya está casi levantada


Caducada la licencia del Canódromo

Estado actual de la obra de la parcela del Canódromo, donde la segunda torre ya casi ha alcanzado la altura de la primera que fue construida.

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 6 de Las Palmas de Gran Canaria acaba de dar la razón a la asociación de vecinos Ciudad Alta en su empeño por impedir la construcción de las torres del Canódromo. Una sentencia dictada por la jueza Sagrario Tovar de La Fe, fechada el 13 de febrero, acaba de anular la resolución que emitió el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por la cual se desestimaba la solicitud vecinal que instaba a que se declarase caduco el permiso de obras. De este modo, el fallo declara «la caducidad de licencia del Canódromo, otorgada el 22 de noviembre de 2006, prorrogada el 5 de noviembre de 2008, imponiendo las costas» al Consistorio. 

La resolución judicial, contra la que cabe la interposición de un recurso de apelación, apunta que si las obras autorizadas por una licencia no se inician en un plazo determinado o se suspende durante un cierto tiempo, la autorización municipal pierde su eficacia. «Como quiera que el otorgamiento de la licencia urbanística determina la adquisición del derecho a edificar, su caducidad extingue tal derecho y el interesado no podrá iniciar o reanudar actividad alguna al amparo de la licencia caducada, salvo autorización expresa para garantizar la seguridad de las personas y bienes, así como el valor de la edificación ya realizada», señala la sentencia. 

La licencia fue concedida por el Ayuntamiento a Realia Business en 2006 y más tarde, en noviembre de 2008, se autorizó una prórroga. Desde ese momento, se daba a la constructora un plazo de un año para iniciar los trabajos y dos años para concluirlos. 

Sin embargo, la batalla judicial que emprendieron los vecinos de Schamann en contra de las dos torres obligaron a suspender las obras, por orden judicial, a partir de julio de 2009. En 2012 una resolución judicial puso fin a la suspensión cautelar que se impuso sobre las obras, pero como desde entonces no se retomaron los trabajos, se entiende que la construcción fue abandonada. Así, la magistrada considera que «la existencia de otros procesos judiciales distintos a aquél en el que se suspendieron cautelarmente, no es justificación para que le impidiese, realmente, continuar las obras durante tan dilatado periodo temporal en el que han estado y están paralizadas». 

La magistrada aclara que, a partir del 5 de diciembre de 2012, Realia tenía dieciséis meses y cinco días para ejecutar las obras. De este modo, la obra debería haber estado finalizada en torno a abril de 2013. 

SIN SILENCIO POSITIVO 

El fallo rechaza también que se pueda aplicar el silencio administrativo positivo en favor de Realia, que solicitó la suspensión del plazo de ejecución de las obras en julio de 2015. 

Pero es que además, la sentencia recoge las declaraciones del arquitecto y director facultativo de las obras de construcción de las torres del Canódromo, Félix Juan Bordes, quien «afirmó que tras la suspensión de las obras según recordaba en 2009, tras informar del estado en que quedaban las obras por razones de seguridad, quedó a la espera de que Realia le comunicara una orden para la continuidad de las obras, sin que recibiera orden alguna durante todo este tiempo para reanudar las obras, comunicándole recientemente su intención de resolver su contrato». 

El procedimiento que ahora concluye con la caducidad de la licencia es el segundo intento de la representación vecinal por conseguir que la autorización de obras quede sin efectos. El primero no prosperó porque se presentó antes de que caducara la licencia, pero sí aclaraba la fecha de extinción, lo que abría la puerta a un nuevo recurso.

Mientras se resolvía este asunto, las obras volvieron a reanudarse en agosto, hasta el punto de que la segunda torre ya está casi finalizada. 

La licencia fue concedida por el Ayuntamiento a Realia Business en 2006 y más tarde, en noviembre de 2008, se autorizó una prórroga. Desde ese momento, se daba a la constructora un plazo de un año para iniciar los trabajos y dos años para concluirlos. 

Sin embargo, la batalla judicial que emprendieron los vecinos de Schamann en contra de las dos torres obligaron a suspender las obras, por orden judicial, a partir de julio de 2009. En 2012 una resolución judicial puso fin a la suspensión cautelar que se impuso sobre las obras, pero como desde entonces no se retomaron los trabajos, se entiende que la construcción fue abandonada. Así, la magistrada considera que «la existencia de otros procesos judiciales distintos a aquél en el que se suspendieron cautelarmente, no es justificación para que le impidiese, realmente, continuar las obras durante tan dilatado periodo temporal en el que han estado y están paralizadas». 

La magistrada aclara que, a partir del 5 de diciembre de 2012, Realia tenía dieciséis meses y cinco días para ejecutar las obras. De este modo, la obra debería haber estado finalizada en torno a abril de 2013. 

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