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miércoles, 20 de marzo de 2019

Dos contratos para las Rehoyas

20/03/2019

Javier Darriba * Juan Carlos Alonso
Las Palmas de Gran Canaria


Imagen de archivo de la calle Santa Luisa de Marillac, donde se encuentran algunos de los edificios más dañados y necesitados de reposición.


Las nuevas viviendas del plan de reposición serán todas de renta libre, pero habrá dos formas de acceso: una en la que se pagarán los metros de más; y otra, en que se abonará entre 300 y 1.300 euros, pero que no se podrá vender en 10 años.

Las viviendas que surjan tras el proceso de reposición de Las Rehoyas serán todas de renta libre, si bien habrá dos maneras distintas de acceder a la propiedad. En una, no habrá limitaciones de ningún tipo, mientras que en otra, se fijan algunas condiciones y restricciones. Así lo explica la plataforma vecinal Rehoyas-Arapiles, en el documento de conclusiones sobre el plan parcial que se viene negociando desde hace años con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

La primera de las dos modalidades es la que los vecinos definen como de «propiedad libre plena». En este caso, el cambio de piso por piso es sencillo: el propietario paga, a precio de mercado, los metros cuadrados de más que tendrá la nueva casa. Así, pasar de una casa de 52 metros cuadrados a otra de 67 metros cuadrados podría suponer un desembolso en torno a los 12.000 euros, a un precio medio de unos ochocientos euros por metro cuadrado. Esta opción es más cara pero no implica ningún tipo de restricciones. «El propietario de la vivienda o local podrá venderlo desde que quiera, a quien quiera y por el precio que quiera», explican desde la plataforma vecinal, «y podrá alquilarlo sin ningún tipo de limitaciones».

En cuanto a la segunda modalidad es mucho más barata. Los vecinos que se acojan a ella tendrán que pagar una cantidad mucho más reducida por el piso nuevo, aparte de entregar el antiguo: trescientos euros, para una casa de sesenta metros cuadrados con dos dormitorios; mil euros, para una vivienda de 67 metros cuadrados y tres dormitorios; y 1.300 euros y el importe de cada metro cuadrado útil de más, para pisos de 70 o más metros cuadrados de superficie.

En este segundo caso, los vecinos se comprometen a no vender o alquilar la vivienda en un plazo de diez años. En el supuesto de que se quiera vender antes, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se reservaría «el derecho de opción preferente de tanteo y retracto».

Además, si se quisiera poner en alquiler, habría que informar al Consistorio capitalino, que tendría un plazo de tres meses para fijar un precio máximo de alquiler.

«Fue el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, el que nos indicó que existían estas dos modalidades», expuso el portavoz de la plataforma Rehoyas-Arapiles, Domingo Galván, «todas las viviendas serán libres».

«Desde nuestro punto de vista es lo mejor ya que la propuesta que no aceptábamos era que fuesen viviendas de protección oficial», aseguró el portavoz de los vecinos, «valoramos positivamente que haya dos posibilidades porque no es igual pagar 8.000 euros que pagar mil».

Según la plataforma vecinal Rehoyas-Arapiles, el grupo de gobierno se ha comprometido a pasar esta propuesta por el filtro de la Asesoría Jurídica. Si obtiene el visto bueno, el documento se llevaría luego al pleno -probablemente al de abril- y se informaría a los vecinos.

En caso de que la propuesta final no sea sometida a la consulta popular que defienden desde la plataforma vecinal, sus representantes aceptarían que se supeditase a una fase de información pública para que la gente conozca el detalle de la ordenación y pueda presentar alegaciones, si lo estimasen oportuno.

Las conclusiones también determinan que el propietario correrá con los gastos del contrato de servicio para el abastecimiento de agua y luz, así como de las escrituras, si bien el Ayuntamiento ayudará a las familias con menos recursos.

La plataforma vecinal Rehoyas-Arapiles explica en su escrito de conclusiones que «como los nuevos edificios tendrán más plantas que los actuales, no es posible asignar las mismas condiciones (ubicación por plantas), por lo que la asignación se hará por sorteo, y si luego los propietarios asignados a las nuevas viviendas o locales las quieren permutar con otros propietarios, pues se posibilitará dicha permuta».

Domingo Galván aclaró que la distribución de los vecinos se hará por bloques, pero como resulta que los nuevos edificios tendrán más altura que los actuales, no se puede garantizar que se mantenga la distribución por plantas de la actualidad.

El escrito de conclusiones también refleja los aspectos en los que no ha habido acuerdo con el Ayuntamiento. Se trata de la edificación de viviendas dentro de un campo de fútbol del parque de Las Rehoyas; la exclusión de las viviendas cercanas a la Carretera General del Norte; o el soterramiento parcial de Santa Luisa de Marillac.

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